La
caída de los precios del petróleo impactó negativamente la paridad cambiaria
peso-dólar, depreciando la moneda nacional tres veces más que en los últimos
veinte años, como consecuencia de un menor flujo de dólares a la cuenta
corriente. El asunto de la depreciación abrió el debate sobre algunos aspectos
que son inherentes a estos cambios de las variables económicas. Evidentemente
en este tema no existen verdades absolutas y cada quién opina con base en el
tipo de economía que asimila teóricamente, hay quienes aseguran que la
depreciación es sinónimo de debilidad de la economía. Algunos casos como puede
constatarse aquí o en palabras del propio presidente aquí aseguraron que la depreciación de la moneda le
dotaba de ventajas a la economía nacional a través de la competitividad en
precios. Académicos manifestaron puntos favorables y desfavorables de la depreciación
de la moneda que se pueden consultar aquí.
El hecho de
depender de insumos que requieren importarse, conlleva a que el efecto positivo
indirecto de que las mercancías nacionales se abaraten para los extranjeros,
como consecuencia de la depreciación, se diluya cuando es necesario recurrir al
mercado externo para adquirir dichos insumos. Es posible estimar si una
depreciación de la moneda lleva a una mejora de la balanza comercial a través
de lo que se conoce en la literatura económica como la condición
Marshall-Lerner y que tiene que ver con qué tan sensible es el mercado externo
a nuestras exportaciones y qué tan sensible es el mercado nacional a las
importaciones ante variaciones en el tipo de cambio.
Para efectos de
esta breve reflexión me concentraré en el incremento de los precios de las
gasolinas en México, ya que a partir del 01 de agosto se acordó un incremento a
los precios de las gasolinas, incluso el día 02 de agosto, la Comisión Federal
de Electricidad (CFE) anunció incrementos en sus tarifas de energía eléctrica de alto
consumo para hogares, comercios e industria. La CFE ha señalado que dicho
incremento es consecuencia del alza en los precios de los energéticos utilizados para la
producción de energía. Ante esto surgen dos evidentes preguntas 1) ¿por qué la
SHCP ha decidido elevar el precio de las gasolinas? 2) ¿Es verdad que han
subido los precios de los energéticos?
Si uno observa el
comportamiento del tipo de cambio del último año, notará que su tendencia ha
sido creciente, durante los últimos tres años se ha depreciado tres veces más
que en los últimos veinte, no obstante, es necesario centrarse en las magnitudes
reales, eliminando los efectos que generan los precios tanto de Estados Unidos
como en México, solo así tendríamos una perspectiva con mayor precisión sobre
lo que actualmente acontece.
El tipo de cambio real elimina el efecto de los precios entre los dos
países para los que se está calculando la paridad cambiaria, en este caso
Estados Unidos y México. Habitualmente es utilizado el Índice Nacional de Precios
al Consumidor (INPC) de ambos países para calcular el tipo de cambio real, este índice puede aislarse para cada sector económico, lo que es de suma
utilidad si solo interesan los precios de algunos productos en
específico. En este caso he calculado el tipo de cambio real considerando
solamente los precios de los energéticos. Al graficar ambos tipos de cambio
(nominal y real) es notorio que desde finales de 2014, cuando inició la
tendencia de depreciación del peso, al mismo tiempo inició un proceso de
apreciación de la moneda en términos reales para los productos energéticos. Es
decir que con la misma cantidad de pesos, en términos reales podríamos comprar la
misma cantidad, incluso más de estos productos en el mercado estadounidense.
Esto se debe a que los precios de los energéticos en el país vecino han caído,
haciéndolos más baratos tanto para sus residentes como para nosotros.
Tipo de cambio nominal y tipo de cambio real 2000-2016. |
Este dato permite
responder a la segunda pregunta planteada con anterioridad, negando que los precios
de los energéticos que son utilizados para producir energía eléctrica hayan
aumentado, por lo que es cuestionable la justificación que ha brindado la CFE
respecto al aumento de las tarifas.
Ahora es
necesario considerar los volúmenes de dinero que se gastan en comprar gasolina en el extranjero, que
principalmente es en Estados Unidos. Para esto es necesario observar la siguiente
gráfica que muestra el gasto real en gasolinas junto con la cantidad de
barriles diarios que se importan. La importación de gasolina
es creciente, sin embargo, en el último tramo de las
series, lo que corresponde a finales de 2012, en donde comienza la tendencia
decreciente del gasto real en gasolina, al momento que caen los precios del petróleo se incrementa la importación
de barriles de gasolina y la diferencia entre el gasto y la importación
muestra una bifurcación, implicando que de alguna forma se
han conseguido importar más barriles diarios con menos dinero, es una situación
que se asemeja al periodo de 2009 en donde la diferencia entre
barriles importados y el gasto en estos tuvo una diferencia considerable.
Gasto real en gasolina y barriles importados diariamente |
Esta diferencia
implica que al menos para la compra de gasolinas, las fluctuaciones del tipo de
cambio no han afectado en absoluto las transacciones, no obstante, en el país se
ha observado un incremento constante en el precio de las gasolinas.
Es posible
aproximar alguna justificación al alza de las gasolinas, la más evidente es
que está aconteciendo una recaudación indirecta del gobierno federal a través
del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) para gasolinas, y es
que al observar los ingresos que este impuesto genera, es evidente que a
finales de 2014 ha pasado de ser un subsidio a un impuesto considerablemente
eficaz, pues hasta mayo de este año ha permitido recaudar, en términos reales,
un monto equivalente a 51% de todo lo recaudado en 2015. Más aún, este impuesto le ha permitido al gobierno federal recaudar en promedio 19,067 millones de pesos mensuales, es decir, alrededor de 635 millones de pesos diarios.
Ingresos generados por IEPS a gasolinas de 2012 a la fecha |
El gobierno
aseguró que los precios de los energéticos disminuirían como consecuencia de la
reforma energética, y seguramente así fue, sin embargo la población no se
benefició de esta disminución porque fueron gravados dichos productos, desvanciendo
cualquier beneficio social.
La captación de
estos ingresos están recuperando parte de todo lo que Pemex ha dejado
de aportar a raíz de la reforma energética, debido a que en un periodo de cuatro años,
la participación de los ingresos petroleros en el presupuesto federal ha pasado
de 35 a 10%, trasladando este déficit a la sociedad.